Nota sobre los aspectos más destacados de "El empleo de las personas con discapacidad (2014) Explotación de la encuesta de población activa y de la base estatal de personas con discapacidad

Publicado el Martes, 12 Enero 2016

Se ha publicado la explotación del INE, El empleo de las personas con discapacidad (2014), basada en la encuesta de población activa y en la base estatal de personas con discapacidad. La operación es fruto de un convenio de colaboración entre INE, el IMSERSO, la Dirección General de Coordinación de Políticas Sectoriales sobre Discapacidad, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y la Fundación ONCE. Dicha explotación tiene periodicidad anual y se vienen ofreciendo datos desde el año 2009. Ahora se ofrecen los del año 2014

La población considerada en esta explotación es la que se encuentra en edad laboral (entre 16 y 64 años) con certificado de discapacidad. Ascendía a 1.335.100 en el 2014, el 4,4 % de la población total en esa edad laboral.

Sigue destacando la persistente baja participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral.

La tasa de actividad de dichas personas representaba en el 2014 el 38%, mientras que la de las personas sin discapacidad era del 77% (39 puntos por encima). Durante el periodo 2011-2014, dichas tasas, y la brecha que resulta, han permanecido prácticamente estables, experimentándose un pequeño incremento de la actividad laboral (por la leve recuperación del 2014), mayor en el caso de las personas con discapacidad (ha pasado del 36,7% al 38%), que en el de las personas sin discapacidad (solo del 76,5 al 77%), con lo que la brecha entre amos colectivos solo ha disminuido en ocho décimas.

En cuanto a la tasa de paro, en el 2014 se sitúa en el 32,2% en el caso de las personas con discapacidad, 7,8 puntos superior a la que tienen las personas sin discapacidad. En el periodo 2011-2014, la tasa de paro de los primeros se ha incrementado en 5,4 puntos, mientras que la de las personas sin discapacidad solo en 3 puntos. Con ello, se habría incrementado la brecha entre ambos colectivos en 2,4 puntos.

Así pues, aunque se ha incrementando el número de personas con discapacidad que están dispuestas a trabajar, la ocupación real no ha conseguido absorber en la misma medida ese incremento. Así, la tasa de empleo en el periodo 2011-2014 habría crecido en 1,1 puntos, y se situaría en el 25.7%. No obstante, hay que reseñar que en el 2014 se habría producido una leve recuperación del empleo en relación al 2012 y 2013.

La situación de las mujeres con discapacidad continúa siendo más desfavorable que la de los hombres: las primeras tienen tasas de actividad y empleo inferiores (3,4 y 2,6 puntos menos, respectivamente) y una tasa de paro superior en ocho décimas.

Un hecho interesante es el distinto comportamiento según la edad. Se observa un aumento de la actividad y empleo de los jóvenes con discapacidad, respecto 2013 (5,7 y 3,5 puntos más, respectivamente), así como el descenso en 6,8 puntos en el paro. Comparando los resultados con las personas sin discapacidad se observa una mayor incidencia del desempleo en la población joven y de la inactividad en el grupo de mayor edad.

Existe relación entre actividad y tipo e intensidad de discapacidad. La tasa de actividad para los que tienen reconocido un grado inferior al 45% se situó en el 55,2% en el 2014, disminuyendo la actividad conforme aumenta el grado de discapacidad, hasta el 15,2%, en el caso de las personas cuyo grado es del 75% o superior. Las personas con discapacidad auditiva tienen la mayor tasa de actividad (58,9%) y las personas con trastorno mental, la inferior (28,5%), no muy lejos de la de las personas con discapacidad intelectual (30%)

Las condiciones de los contratos de trabajo, en cuanto a carácter indefinido y parcialidad, no guardan diferencias reseñables respecto los trabajadores sin discapacidad, salvo una mayor proporción de asalariados entre las personas con discapacidad (7,2 puntos más que los trabajadores sin discapacidad) y una participación laboral superior de las primeros en el sector servicios (4,4 puntos más).

Existen diferencias acusadas entre comunidades autónomas, en lo que se refiere a la participación en el mercado laboral de las personas con discapacidad. País Vasco y Navarra tienen tasas de actividad muy superiores a la media (49 y 45,8, respectivamente), así como, en menor medida, otras ocho comunidades. Por debajo de la media se encuentran seis comunidades autónomas, teniendo la menor tasa de actividad Asturias (26,8%). En este grupo se encuentran, además, Andalucía (33,3%), Canarias (33,8%), Extremadura (34,5%), Cantabria (36,8%) y Castilla y León (37,5%) Entre la de mayor y la de menor tasa de actividad habría una brecha de 22,2 puntos.

En cuanto a las medidas de incentivación del mercado laboral, cabe reseñar:

- Casi un tercio (31,8%) de los ocupados tenían algún tipo bonificación o reducción en las cotizaciones a Seguridad Social, que normalmente beneficia a las empresas que los contratan. Dicha proporción ha aumentado respecto el 2013 en 5,2 puntos.

- Dichos incentivos benefician más a los hombres, los menores de 45 años, las personas con discapacidad intelectual o sensorial, y aquellas que tiene un grado reconocido del 75% o superior.

- En el año 2014, el 58% de personas con discapacidad percibieron alguna prestación social pública. De ellas, el 22,3% eran activas, es decir trabajaban o buscaban trabajo, y el 3,1% (23.900) percibían una prestación no contributiva.

- El 18,6% (248.400) de las personas con discapacidad tenían reconocida una situación de dependencia y un 10% de ellas se encontrarían al mismo tiempo laboralmente activas.

No se hace mención alguna a la incidencia de la discapacidad sobrevenida en la población en edad laboral. Hecho cada vez más importante que llega a evaluarse por otros índices en un 70% de prevalencia. Es un asunto que debería corregirse en posteriores trabajos.   

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